domingo, 18 de mayo de 2014

El satanismo en "Don Álvaro o la fuerza del sino"

Don Álvaro o la fuerza del sino es una obra típica y claramente propia del Romanticismo. Este período cultural se desarrolló en España de forma un poco diferente al resto de Europa, sin embargo, sí que compartió muchos de los temas a través de los cuales se expresaba la visión del mundo que ellos tenían.

Uno de estos temas que sirven de expresión de sus sentimientos a los autores románticos es la religión, pero, además, aparece también una fuerte de corriente literaria donde se manifiesta una actitud de rebeldía ante Dios, esta corriente es precisamente la que conocemos bajo el nombre de satanismo.


¿Cómo se representa el satanismo en Don Álvaro o la fuerza del sino

Una de sus más altas representaciones es el suicio. En la última jornada de la obra, don Álvaro acaba suicidándose; es la única forma de evasión que le queda ante esa vida destinada a la desdicha por culpa del orgullo de la familia Vargas. La vida de don Álvaro está llena de adversidades que le impiden alcanzar la paz interior y la felicidad, se siente como el objeto de una broma macabra del destino; este sentimiento de que la vida se ríe de él de a forma más cruel llega a su momento culminante cuando se encuentra con Leonor tras tantos años creyéndola muerta y ella, al acercarse a su hermano moribundo, es asesinada. Don Álvaro no lo soporta más y decide suicidarse. Con el fin de su vida, también desea el fin del mundo. Acaba así la obra con esta imagen que roza lo apocalíptico.

Don Álvaro.- ¡Infierno, abre tu boca y trágame! ¡Húndase el cielo,  perezca la raza humana; exterminio, destrucción...!

Pero ya, desde mucho antes de la escena final de la obra, vemos alusiones a la temática satánica. En la escena tercera, cuando don Alfonso llega al convento peguntando por el padre Rafael y el Hermano Melitón le contesta que hay dos, que con cual de los dos quiere hablar, don Alfonso contesta directamente "El del infierno" y el hermano Melitón reconoce a quien se refiere.

Hermano Melitón (con miedo)

                        Al momento.
Padres Rafaeles... hay dos.
¿Con cuál queréis hablar vos?

Don Alfonso (muy enfadado)

Para mí, más que haya ciento.
El padre Rafael...

Hermano Melitón

                         ¿El gordo?
¿El natural del Porcuna?.
No os dirá cosa ninguna,
que es como una tapia sordo,
y desde el pasado invierno
en la cama está tullido;
noventa años ha cumplido.
El otro es...

Don Alfonso

                   El del infierno

Hermano Melitón

Pues ahora caigo en quién es:
El alto, adusto, moreno,
ojos vivos, rostro lleno...

Una vez don Álvaro y don Alfonso están reunidos en la celda del primero, se da una escena violenta en la que don Álvaro se deja llevar por la ira (pecado capital) al sentir herido su orgullo herido y contesta con soberbia (otro pecado capital) cuando le dice que es un mestizo. Todo esto, en tanto que sucede dentro de un edificio religioso, el convento, se convierte en un atributo más del satanismo. Se añade, del mismo modo, el hecho de que don Álvaro, en contra de lo que debería hacer un religioso, y cegado por su desmesurado orgullo, acepta finalmente el duelo.

Don Alfonso

           ¿Y no lo anubla
ningún cuartel de mulato?
¿De sangre mezclada, impura?

Don Álvaro (fuera de sí)

¡Vos mentís, mentís, infame!

Venga el acero, mi furia
(Toca el pomo de una de las espadas)
os arrancará la lengua
que mi clara estirpe insulta.
Vamos.

Y a continuación se hacen directas referencias al infierno en resto del diálogo.

Don Álvaro (reportándose)

               No..., no triunfa
tampoco con esta industria
de mi constancia el infierno.
Reiraos, señor.

Don Alfonso (furioso)

              ¿Te burlas
de mí, inicuo? Pues cobarde
combatir conmigo excusas,
no excusarás mi venganza.
Me basta la afrenta tuya.
Toma.
(Le da una bofetada)

Don Álvaro (Furioso y recobrando toda su energía)

           ¿Qué hiciste?... ¡Insensato!
Ya tu sentencia es segura:
Hora es de muerte, de muerte.
El infierno me confunda.

También en las siguientes escenas se hacen varias referencias directas al infierno, sobre todo en la escena octava, en el parlamento del Hemano Melitón. Se refiere a ambos caballero como seres del infierno, si ya había reconocido en la escena cuarta a don Álvaro/padre Rafael como un hombre del infierno, ahora dice:

También que era del infierno
dijo, para mi gobierno,
aquel nuevo personaje.

Y continúa unos versos más adelante, sin que los hombres lleguen a escucharle o sin que quieran hacerle caso (lo que se puede entender como un rechazo a Dios o a su palabra):

No lleguen al paredón,
miren que hay excomunión
que Dios le va a dar castigo.

Y de nuevo los identifica con demonios y hace además una curiosa referencia al olor que dejan, de azufre, que es a lo que, en la cultura popular, se dice que huele el infierno.




Avanzando en la jornada no paran de hacerse comentarios sobre el infierno y la condición demoníaca de los oponentes, algunas más sutiles y otras claras como:

Don Álvaro

Hombre, fantasma o demonio
que ha tomado humana carne
para hundirme en los infiernos,
para perderme..., ¿qué sabes?...

El momento álgido de la expresión satanista llega justo antes del duelo entre ambos, llegando a mencionar don Álvaro algo tan macabro como llegar a beberse la sangre de su enemigo caído.

Don Álvaro (Volviendo al furor.)

¿Eres monstruo del infierno,
prodigio de atrocidades?

Don Alfonso

Soy un hombre rencoroso
que tomar venganza sabe.
Y porque sea más completa,
te digo que no te jactes
de noble... Eres un mestizo,
fruto de traiciones...

Don Álvaro (En el extremo de de la desesperación).

                             Baste.
¡Muerte y exterminio! ¡Muerte
para los dos! Yo matarme
sabré, en teniendo en consuelo
de beber tu inicua sangre.

Estas palabras tan macabras junto con el acto final de don Álvaro de darse muerte tirándose de un risco al borde ya de la locura ponen el broche a la tragedia dejando al espectador con un sabor de boca agrio y un sentimiento de cierta desesperanza ante la vida, de desasosiego y turbación.

Ésto es parte de ese sentimiento romántico que se quería transmitir a través del satanismo y que tan magistralmente está plasmado en la jornada última de Don Álvaro o la fuerza del sino.


________

Recuerda que puedes acceder a las fuentes de todas las imágenes con solo hacer click sobre ellas



martes, 13 de mayo de 2014

Dobles identidades

En la jornada tercera, don Carlos, el hermano de doña Leonor, que también está en Italia se ve envuelto en una reyerta por acusar a otros soldados de hacer trampa jugando a las cartas. Estos, ofendidos, van a matarle pero don Álvaro escucha el ruido de la pelea e interviene y salva a don Carlos sin saber que es el hermano de su amada doña Leonor.



Después de que don Carlos explica a don Álvaro lo que ha sucedido, comprueban que no tienen heridas y el primero agradece la ayuda prestada por el indiano, pasan a presentarse, pero ninguno de los dos da su verdadero nombre. Don Carlos se presenta como Félix de Avendaña (que hace referencia al protagonista de La ilustre fregona, una de las Novelas ejemplares de Cervantes) y don Álvaro se presenta como don Fadrique de Herreros.

El nombre de este procedimiento dramático de ocultar la verdadera identidad recibe varios nombre: dolus, dolo o engaño. Hay varios tipos de dolos pero en este caso se da el del desdoblamiento de la propia personalidad.

En la escena séptima de la misma jornada, don Álvaro es herido y llevado al cirujano. Don Carlos le acompaña en todo momento y en la conversación don Carlos menciona el título de Calatrava, nombre del marqués, padre de doña Leonor, al que don Álvaro mata accidentalmente en la jornada primera. Al escuchar este nombre, don Álvaro reacciona con horror.

 Don Álvaro (Muy agitado.)

¿Qué escucho, qué? ¡Santo cielo!
¡Ah, no, no! De Calatrava,
jamás, jamás... ¡Dios eterno!

Antes de la intervención don Álvaro le pide que, si muere, queme unos documentos que guarda en su maleta. Don Carlos le da su palabra y coge la llave del baúl que guardaba don Álvaro.

En la escena octava, que consiste en el soliloquio de don Carlos, comienza a sospechar y a preguntarse el porqué de la reacción de don Álvaro a escuchar el nombre "Calatrava", aunque al principio lo había achacado a los delirios del herido. Piensa que su reacción se debe a que conoce la deshonra que ha sufrido ese nombre, entonces cae en la cuenta de que puede ser él quien deshonró a su familia.

 ¡Cielos!... ¡Qué rayo de luz
sobre mí habéis derramado
en este momento!... Sí.
¿Podrá ser este el traidor,
de mi sangre deshonor,
el que a buscar vine aquí?

Decide entonces faltar a su palabra porque le puede la necesidad de cumplir un juramento anterior, el de honrar el nombre de su familia y vengar la afrenta hecha. Busca los documentos de don Álvaro.



Encuentra entre las cosas del baúl un documento que puede abrir sin que faltar a su palabra, cosa que le preocupa profundamente, entonces descubre la verdad sobre don Álvaro y jura vengarse de él.

En la jornada cuarta se encuentran don Álvaro y don Carlos y el primero se interesa por su salud, claramente con intención de retarle a duelo para darle muerte y ambos conversan hasta que don Carlos le hace un comentario sobre "don Álvaro el indiano". Entonces don Álvaro se da cuenta de lo que ha hecho don Carlos y este se identifica finalmente como don Carlos de Vargas, hermano de doña Leonor e hijo del marqués al que don Álvaro mató.

Así quedan, por fin, ambas identidades reveladas.

:::::::::::::::::::::::::::::

Enlaces de interés: Engañar con la verdad. Víctor de Lama UCM

::::::::::::::::::::::::::::

Si quieres ver las fuentes de las imágenes de este post, haz click sobre ellas.

lunes, 12 de mayo de 2014

El soliquio de Don Álvaro

En la tercera escena de la tercera jornada Don Álvaro tiene un monólogo en el que básicamente se lamenta de su vida y su sufrimiento.

Es interesante recalcar el paisaje en el que se produce, como es típico del Romanticismo, se identifica y acompaña a los sentimientos del personaje. En este caso es una selva en una noche muy oscura.


Este paisaje solitario invita a la reflexión, además es un paisaje triste y melancólico, como los sentimientos que expresa don Álvaro en ese monólogo. 

Ve a todo ser humano como un ser desdichado que solo está en este mundo para sufrir, cosa que él no puede soportar y le llena de un profundo malestar y pesar. La vida terrenal, aunque breve, es tan dura que le parece eterna.

          ¡Qué eternidad tan horrible
           la breve vida!

La vida le parece también más larga cuanto más se sufre mientras que la gente feliz, dice don Álvaro, tiene una vida demasiado corta. Repite además la idea de que se nos da la vida solo para sufrir.

      Parece, sí, que a medida
      que es más dura y más amarga,
      más extiende, más alarga
      el destino nuestra vida.
      Si nos está concedida
      sólo para padecer,
      y debe muy breve ser 
      la del feliz, como en pena
      de que su objeto no llena,

El siguiente verso, ¡terrible cosa es nacer!, es una clara referencia al monólogo de Segismundo de La vida es sueño de Calderón de la Barca.




En los siguientes versos hace ya referencia explícita a su búsqueda de la muerte, que no es capaz de encontrar, otro motivo por el que se siente desdichado: mientras que la gente feliz y con buena vida muere, él, que se siente un desgraciado y busca constantemente la muerte porque no puede ser feliz, no consigue morir. Hasta en eso se siente desafortunado.

     Al que tranquilo, gozoso,
     vive entre aplausos y honores,
     y de inocentes amores
     apura el cáliz sabroso;
     cuando es más fuerte y brioso
     la muerte sus dichas huella,
     sus venturas atropella
     y yo, que infelice soy
     yo, que buscándola voy,
     no puedo encontrar con ella

Está seguro también de que si hubiera encontrado la felicidad, no hubiera tardado en morir. A continuación habla de sus orígenes indianos y de lo que lo llevó a venir a España.

Finalmente repite la idea de que la vida, para él, es una carga ya que le es imposible encontrar la felicidad sin Leonor, a la que cree muerta. Le pide a ella, que, hasta donde sabe don Álvaro, está en el cielo, que le ayude a encontrar el destino que quiere, la muerte.


Ha dejado de importarle todo y solo está en la guerra buscando la muerte, aunque ni aún así puede encontrarla. La gente que tanto alaba su valor no entiende que en realidad es un cobarde porque no es capaz de llevar a cabo su deseo, darse muerte.


En resumen, don Álvaro se lamenta de su destino, está condenado a una vida de desdicha porque jamás va a poder ser feliz ya que su felicidad estaba con doña Leonor y ella, para don Álvaro, está muerta. Así que él, que se ve eternamente infeliz, no hace más que buscar la muerte sin poder encontrarla porque no tiene valor para cometer suicidio. Hace hincapié en lo injusta que es la vida y la existencia humana,gente feliz que muere pudiendo disfrutar y gente asqueada y hastiada de su existencia cuya vida se alarga y se alarga para no encontrar nunca la paz ni el fin a sus penas.


_____

Recuerda que puedes acceder a la fuente de las imágenes de este post haciendo click sobre ellas.

La versificación en "Don Álvaro o la fuerza del sino"

Sobre el autor*


Ángel de Saavedra y Ramírez de Baquedano nació en Córdoba el 10 de marzo de 1791. Mientras estudiaba en Madrid su vocación literaria se despertó. Tuvo una intensa vida militar y también ejerció como político, representante de Córdoba en las Cortes de 1822 como liberal exaltado. Finalmente fue desterrado cuando se reinstauró la monarquía absolutista de Fernando VII. En 1833, a la muerte de este monarca, se emitió una amnistía que le permitió volver a España diez años después de se exiliado. Vuelve a la política y se dedica también a la diplomacia. Se convierte en presidente de la Real Academia de la Lengua en 1862. Falleció en Madrid tres años después.

Sobre Don Álvaro o la fuerza del sino


Don Álvaro es un hombre venido de las Indias cuyo origen no está muy claro para nadie pero esto no es impedimento para que sea admirado por la gran mayoría del pueblo sevillano. Se enamora de Doña Leonor, hija del marqués de Calatrava, que se opone totalmente al matrimonio entre la pareja. Ante esta situación, los enamorados planean una fuga que no sale como lo tenían previsto ya que el marqués fallece accidentalmente al dejar caer Don Álvaro la pistola que llevaba, ya que no quería pelear.

Doña Leonor es retirada en penitencia a la sierra cordobesa y Don Álvaro, creyéndola muerta, huye a Italia. Allí, donde se ha creado un buenísima reputación, es descubierto por Carlos de Vargas, primogénito del marqués de Calatrava. Se enfrentan en duelo y Don Carlos muere, Don Álvaro es detenido por ello pero consigue liberarse durante el inesperado ataque del ejército enemigo. Vuelve a España y se hace religioso. Después de cuatro años, el otro hijo del marqués de Calatrava, Alfonso de Vargas, lo encuentra. Se baten en duelo y Alfonso cae herido de muerte. Don Álvaro pide ayuda en una ermita cercana y de allí sale Doña Leonor.

Finalmente, Alfonso piensa que los dos estaban de acuerdo y con sus últimas fuerzas apuñala a su hermana cuando esta se acerca a socorrerle. Ante esta situación, Don Álvaro, en un ataque de locura, se suicida lanzándose desde un peñasco.



La versificación en la obra


El drama contiene 2275 versos que van desde la escena V de la jornada primera hasta la escena número nueve de la quinta jornada. La versificación es irregular y aparece en los momentos argumentalmente relevantes mientras que la prosa se usa en los cuadros costumbristas. Sin embargo encontramos algunas excepciones: la escena final de la primera jornada, escrita en prosa rápida y con insultos.

Marqués.-(A su hija.) Quita mujer inicua. (A Curra, que le sujeta el brazo.) Y tú, infeliz, ¿osas tocar a tu señor? (A los criados.) Ea, echaos sobre ese infame, sujetadle, atadle...
Don Álvaro.-(Con dignidad.) Desgraciado el que me pierda el respeto. (Saca una pistola y la monta.)
Doña Leonor.- (Corriendo hacia Don Álvaro.)¡Don Álvaro!...¿Qué vais a hacer?

La otra excepción en el uso de la versificación se da en las dos últimas escenas de la obra.

Don Álvaro.- (Retrocediendo horrorizado por la montaña abajo.) ¡Una mujer!... ¡Cielos!... ¡Qué acento! ¡Es un espectro!... ¡Imagen adorada!... ¡Leonor! ¡Leonor!
Don Alfonso.- (Como queriéndose incorporar.) ¡Leonor! ¿Qué escucho? ¡Mi hermana!...
Doña Leonor.- (Corriendo detrás de Don Álvaro)¡Dios mío! ¿Es Don Álvaro?... Conozco su voz... Él es... ¡Don Álvaro!
Don Alfonso.- ¡Oh furia!... Ella es...¡Estaba aquí con su seductor!... ¡Hipócritas!...¡¡Leonor!!

Asimismo la prosa y el verso no se suelen mezclar en las escenas aunque haya contadas excepciones (escena séptima de la primera jornada y escena número nueve de la jornada quinta). No entran dentro de estas excepciones las seguidillas del comienzo de la segunda jornada.

Encontramos una gran variedad de metros en esta obra como por ejemplo la silva1, el sexteto lira2 o la décima3; como ejemplo de este última valga la tercera escena de la tercera jornada, el monólogo de Don Álvaro.

Don Álvaro (Solo.)

¡Qué carga tan insufrible
es el ambiente vital
para el mezquino mortal
que nace en sino terrible!
¡Qué eternidad tan horrible
la breve vida! Este mundo,
¡qué calabozo profundo
para el hombre desdichado
a quien mira el cielo airado
con su ceño furibundo!

Aún así podemos ver claramente dos formas métricas dominantes que son las redondillas (estrofa de cuatro versos octosílabos que puede tener tanto rima asonante como consonante)y los romances octosílabos (sin número definido de versos que rima en los pares con asonancia mientras que los impares quedan libres) con cambios en la rima frecuentemente para evitar la monotonía.



_____
1. Silva: estrofa compuesta por endecasílabos y heptasílabos de rima irregular.
2. Sexteto lira: combinación métrica de seis versos de siete y once sílabas que tiene rima consonante alterna en los cuatro primeros versos y los dos últimos riman entre sí.

3. La décima: estrofa de diez versos octosílabos y rima consonante.
     _____
* Para los datos sobre el autor se ha usado como bibliografía: RIVAS, Duque de: Don Álvaro o la fuerza del sino. Ed. Alberto Sánchez, Cátedra, 2008, Madrid

___________

En este blog, la mayor parte de las imágenes pueden encontrarse por Internet y no poseo los derechos de ninguna de ellas. Asimismo, para respetar las fuentes, he vinculado cada imagen a la web de donde ha sido tomada. Haz click sobre cada imagen y se te redirigirá a su fuente.