miércoles, 25 de junio de 2014

Los símbolos en "Bodas de sangre"

En este post vamos a analizar algunos de los símbolos más importantes de la obra lorquiana centrándonos en Bodas de Sangre, si bien éstos son estrechamente compartidos con Yerma y La casa de Bernarda Alba.

El que quizá sea el más popularizado de todos ellos y el más generalizado dentro de la obra de Lorca es el símbolo de LA LUNA.



Tradicionalmente representa es la femineidad, lo femenino en términos generales, la mujer; funcionando como un contrapunto del significado del sol. Como todo lo femenino, es creadora y receptora de la vida y imagen también de la fecundación y la fertilidad, no sólo de la mujer sino también de la tierra.


Sin embargo, la luna, junto con la plata (por la similitud de su color), va a ser, en toda la obra de Lorca, anunciadora de la tragedia. No es la muerte en sí, sino su mensajera. Siempre que la luna es mencionada sabemos que algo violento va a suceder, incluso derramamiento de sangre, como en la conversación de los tres leñadores del acto tercero, anticipando el destino fatal que espera al Novio y a Leonardo.

Leñador 3.º Los buscan y los matarán
Leñador 1.º Pero ya habrán mezclado sus sangres y serán como dos cántaros vacíos, como dos arroyos secos.
Leñador 2.º Hay muchas nubes y será fácil que la luna no salga.
Leñador 3.º El novio los encontrará con luna o sin luna. Yo lo vi salir. Como una estrella furiosa. La cara color ceniza. Expresaba el sino de su casta.

 Esta imagen cruel de la luna crece cuando la vemos personalizada en Bodas de sangre, canta llena de sed de sangre, pide víctimas, sacrificios, quizá por envidia de los hombres ya que ella está "sola y triste en el cielo"*:

 Luna.

Cisne redondo en el río,
ojo de las catedrales,
alba fingida en hojas
soy; ¡no podrán escaparse!
¿Quién se oculta? ¿Quién solloza
por la maleza del valle?
La luna deja un cuchillo
abandonado en el aire,
que siendo acecho de plomo
quiere ser dolor de sangre.
¡Dejadme entrar! ¡Vengo helada
por paredes y cristales!
¡Abrid tejados y pechos
donde pueda calentarme!
¡Tengo frío! Mis cenizas
de soñolientos metales,
buscan la cresta del fuego
por los montes y las calles.
Pero me lleva la nieve
sobre su espada de jaspe,
y me anega, dura y fría,
el agua de los estanques.
Pues esta noche tendrán
mis mejillas roja sangre,
y los juncos agrupados
en los anchos pies del aire.
¡No haya sombra ni emboscada,
que no puedan escaparse!
¡Que quiero entrar en un pecho
para poder calentarme!
¡Un corazón para mi!
¡Caliente, que se derrame
por los montes de mi pecho;
dejadme entrar, ¡ay, dejadme!

(A las ramas)

No quiero sombras. Mis rayos
han de entrar en todas partes,
y haya en los troncos oscuros
un rumor de claridades,
para que esta noche tengan
mis mejillas dulce sangre,
y los juncos agrupados
en los anchos pies del aire.
¿Quien se oculta? ¡Afuera digo!
¡No! ¡No podrán escaparse!
Yo haré lucir al caballo
una fiebre de diamante.

 A continuación pasamos al símbolo del AGUA, que se presenta de muchas formas en la literatura de Lorca, en Bodas de sangre concretamente, destaca su aspecto purificador y de limpieza.

Padre. No será ella. Quizá se haya tirado al aljibe
Madre. Al agua se tiran las honradas, las limpias; ¡ésa, no! [...]

También el agua tiene un significado relacionado con el paso del tiempo, y dejarla correr representa dejar correr las cosas, que el tiempo borre y haga olvidar. Cuando es negra, sucia, tiene connotaciones negativas, es agua estancada, envenenada, que lleva a la muerte. Figuradamente, según dice Pilar Díez en el artículo abajo indicado, el odio es lo que envenena el agua, que no la deja correr, es decir, que no permite que la gente olvide el pasado y este dolor queda estancado en sus corazones, envenenándolos y llevándolos a un destino fatal.

Otro símbolo muy destacado en Lorca es el CABALLO, representa la potencia masculina, la virilidad y la sexualidad en el hombre. En esta obra está claramente unido al personaje de Leonardo. De una forma más general, el caballo también representa la pasión sin control que conduce a un destino fatal, en otras palabras, el instinto y la muerte.


El último símbolo analizado en este post es el CUCHILLO. Como la navaja, simboliza la muerte y el dolor. Desde el mismo principio de la obra queda claro:

Novio. Déjelo. Comeré uvas. Deme la navaja.
Madre. ¿Para qué?
Novio. (riendo) Para cortarlas.
Madre. (entre dientes y buscándola) La navaja, la navaja... Malditas sean todas y el bribón que las inventó.

Otros de los símbolos destacados en la obra de Federico García Lorca que puede que anlicemos con más profundidad en futuras entradas son: las flores, como el jazmín o el clavel, la oscuridad, los colores, el fuego, el sol, la sangre y otros animales, a parte del caballo.


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* Artículo de Pilar Díez, en el enlace superior.

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